¿Qué es la resiliencia? - BICE - ONG de protection des droits de l'enfant
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Definir el concepto de resiliencia es, por tanto, complejo; es un reto al que se enfrentan todos los investigadores. Pero también ha enriquecido el debate y ha llevado el concepto a nuevas fronteras (B. Cyrulnik, 2014; Grané & Forés, 2019; G. Puig & J.L. Rubio, 2011; M. Ungar, 2018; S. Vanistendael, 2014). Hoy se habla de resiliencia en las humanidades y las ciencias sociales, pero también en economía, urbanismo, biología, etc.

Un proceso que lleva a un cambio de perspectiva

Entonces, ¿cómo definimos la resiliencia? La resiliencia es un proceso que implica que una persona que se enfrenta a la adversidad desarrolla una nueva interpretación de lo que está experimentando o ha experimentado. Un cambio de perspectiva, como sostiene Stefan Vanistendael, sociólogo y antiguo jefe de la Unidad de Investigación y Desarrollo del BICE, que abre la puerta a nuevas ideas y estrategias de intervención.

Así, sin dejar de reconocer los problemas, la persona resiliente busca, más allá de la pura reparación, los recursos positivos, por modestos que sean, que le ayuden a reconstruir su vida.

Desde una perspectiva socioeducativa y psicosocial, la resiliencia puede definirse como un proceso de construcción que se basa en factores personales, internos, y externos, vinculados al entorno en el que vive la persona afectada (José María Madariaga, 2014). No es una variable fija o lineal, ni tampoco una fórmula matemática, de ahí su complejidad. De hecho, se revela como algo mucho más profundo que la simple capacidad de resistencia con la que a veces se asocia.

Una combinación de cuatro elementos básicos

Así, hay cuatro elementos básicos de la resiliencia.

  • En primer lugar, la resiliencia es una capacidad del individuo y/o de la comunidad, lo que significa que siempre se puede reforzar. Algunos la desarrollan más fácilmente que otros, dependiendo de los recursos individuales y del contexto del momento. (Jacques Lecomte, 2005; Suniya S. Luthar & Gretta Cushing, 1999; A.S. Masten & J.L. Powell, 2003).
  • El segundo pilar está relacionado con la adaptación. La resiliencia implica un proceso de adaptación, durante el cual el sujeto cura sus heridas, se reconstruye. Algunas personas pueden ser resistentes en un año, otras en diez. Es un proceso subjetivo, por lo que no hay ni fechas ni plazos. Generalmente, la persona toma conciencia de haber vivido un proceso de resiliencia años después de los hechos.
  • El proceso de resiliencia se traduce en una adaptación positiva; este es el tercer punto. Conlleva cambios y nuevos retos que la persona nunca se había planteado. Se trata de una reproyección hacia el futuro y no de volver a empezar. Por lo tanto, no se trata de una vuelta al estado anterior a la lesión. Se trata de dar sentido a las lesiones.
  • El último punto está relacionado con la conjunción entre los factores internos y externos del sujeto (entorno socioafectivo). El proceso de reconciliación depende de la interacción entre la persona y su entorno. Así se pueden identificar los elementos que contribuyen o no al proceso. Estos elementos pueden evolucionar, ya que la interacción entre el sujeto y el entorno es dinámica. De esta forma, para determinar la evolución de una persona que vive en una situación difícil, es esencial ir más allá de la vulnerabilidad y tener en cuenta el papel de diferentes factores.

Un cicatriz todavía presente, pero menos profundo

En resumen, podemos decir que la resiliencia es la capacidad de un ser humano o de una comunidad para afrontar experiencias difíciles y salir fortalecido. Esto se consigue a través de un proceso de factores internos y externos que lleva a la adquisición de nuevos aprendizajes. Dichos aprendizajes llevan al ser humano o a la comunidad a adaptarse positivamente a la nueva realidad, a crecer. Así, la cicatriz está siempre presente; forma parte de esta nueva vida, pero con un nivel de profundidad diferente (S. Vanistendael, 2005).

Entre los elementos que contribuyen a la resiliencia se encuentran, por ejemplo, la sensación de aceptación básica por parte de otra persona – sin que necesariamente respalde su comportamiento -, la capacidad de encontrar un sentido a la propia vida, la autoestima y un sentido del humor constructivo.

Aun así, la resiliencia sigue siendo difícil de estudiar. Porque no la observamos como tal, pero sí las consecuencias: los itinerarios de la vida que nos sorprenden. Personas cuyas vidas han sido muy difíciles y que, a pesar de ello, siguen siendo positivas, sonrientes, comprometidas y sin pretensiones.

Algunas definiciones de resiliencia

La resiliencia está arraigada en la vida cotidiana, por lo que la literatura nos ofrece diferentes definiciones. Aquí están algunos de ellas:

“La resiliencia es la capacidad de un individuo o grupo para superar grandes dificultades y prosperar frente a grandes riesgos. Puede tratarse de un trauma, una pobreza extrema, una enfermedad grave, un duelo u otros problemas. El diario de Ana Frank o la vida de Nelson Mandela son ejemplos famosos. Stefan Vanistendael, sociólogo y jefe de la unidad de Investigación y Desarrollo del BICE de 1979 a 2016.

La resiliencia es esa virtud de generar espacios de posibilidad que nos permiten alcanzar la excelencia humana, el más alto potencial humano para vivir una vida mejor. (Anna Forés y Jordi Grané, 2019). En esta perspectiva, todos los seres humanos y las comunidades están invitados al ejercicio de la resiliencia, adaptándose constantemente.

La resiliencia es la capacidad de un sistema para adaptarse, con éxito, frente a las amenazas y riesgos que ponen en peligro su función, desarrollo o viabilidad… El concepto puede aplicarse a varios tipos de sistemas, con diferentes niveles de interacción: un microorganismo, un niño, una familia, un sistema de seguridad, un sistema económico o el cambio climático. Anna S. Masten (2014) también muestra la necesidad de un enfoque multidisciplinar con un enfoque holístico e integral.

“La resiliencia es la capacidad de recuperarse de la adversidad, adaptarse, recuperarse y volver a tener acceso a una vida significativa y productiva. Jorge Rodríguez, Mónica Zaccarelli y Davoli Ricardo Pérez (2006) se centran aquí en dar sentido a los acontecimientos.

“La resiliencia humana se define como la capacidad de un biosistema (persona, familia o comunidad) de orientarse hacia determinados recursos que pueden mantener su funcionamiento positivo en situaciones de estrés. Esta forma de afrontamiento le permite obtener los recursos que le permiten dar sentido a la experiencia. Michael Ungar (2011) incluye elementos más allá del individuo.

Recursos de los grupos humanos o sociedades para afrontar las adversidades y buscar juntos el logro de su bienestar“. Suárez Ojeda, en relación con la resiliencia de la comunidad.

Bibliografía

Cyrulnik B. & Jorland G. (2012). La résilience : connaissances de base. Odile Jacob 

Cyrulnik B. (2014). La resiliencia en el siglo XXI. In J. Madariaga (Ed.), Nuevas miradas sobre la resiliencia. Gedisa.

Grané J. & Forés A. (2019). Los patitos feos y los cisnes negros. Plataforma Editorial.

Lecomte J. (2005). Les caractéristiques des tuteurs de résilience. Recherche en soins infirmiers, N° 82(3), 22. https://doi.org/10.3917/rsi.082.0022

Luthar S.S. & Cushing, G. (1999). The construct of resilience: Implications for interventions and social policy. Development and Psychopathology26(2), 353–372.

Masten A.S. & Powell, J. L. (2003). A Resilience Framework for Research, Policy, and Practice. In S. S. Luthar (Ed.), Resilience and Vulnerability (pp. 1–26). Cambridge University Press. https://doi.org/10.1017/CBO9780511615788.003

Masten A.S. (2014). Global Perspectives on Resilience in Children and Youth. Child Development, 85(1), 6–20. https://doi.org/10.1111/cdev.12205

Puig G. & Rubio J.L. (2011). Manual de resiliencia aplicada. Gedisa.

Ungar M. (2018). Systemic resilience : principles and processes for a science of change. In Ecology and Society 2323(4). https://doi.org/https://doi.org/10.5751/ES-10385-230434

Vanistendael S. (2014). Resiliencia: el reto del cambio de mirada. In B. Cyrulnik (Ed.), Nuevas miradas sobre la resiliencia. Gedisa. Mettre les pubications BICE de Stéphane

Vanistendael S. (2005). La resiliencia: desde una inspiración hacia cambios prácticos. 2 Congreso Internacional de Los Transtornos Del Comportamiento En Niños y Adolescentes, pagina 8, 1–13.

Vanistendael S. (2015). La Résilience ou le réalisme de l’espérance : Blessé, mais pas vaincu. Ed. actualisée, Les Cahiers du BICE.

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