Resiliencia de niños
El concepto de resiliencia de los niños guía todas las acciones del BICE. La resiliencia ayuda a los niños a superar los traumas de su pasado, a construir sus vidas sólidamente y a avanzar sabiendo protegerse.
Definición de la resiliencia
Stefan Vanistendael, sociólogo, es un investigador asociado del BICE y responsable del Departamento de Investigación y Desarrollo. Está convencido que ningún niño está perdido, que un camino de felicidad es posible a pesar de las experiencias de maltrato u otros traumas. Nos da algunas explicaciones.
¿Puede darnos una definición de la resiliencia?
La resiliencia es la capacidad de un individuo, o de un grupo, para superar dificultades muy grandes y crecer en la vida. Puede tratarse de traumas, de una gran pobreza, de una enfermedad grave, de un duelo muy duro u otros problemas. El diario de Anna Frank o la vida de Nelson Mandela son ejemplos célebres de resiliencia.
Otros recorridos menos conocidos pueden ilustrar esta “definición” de la resiliencia. En nuestro propio entorno, conocemos ciertamente a un miembro de nuestra familia, un amigo, un vecino o colega que haya sufrido maltrato infantil, o que haya tenido una vida muy difícil pero su actitud es positiva, sonriente, comprometida, sin ninguna pretensión. Más allá de la resistencia, se trata de una capacidad para reconstruir la vida y, a veces, incluso a transformar una tragedia en algo positivo. Por ejemplo, el ciego que se convierte en un músico excelente.
Sin embargo, estudiar la resiliencia de los niños es difícil. No podemos observarla como tal, pero observamos sus consecuencias: caminos de vida que nos sorprenden.
¿El concepto de resiliencia existe en todo el mundo?
Sí, ya que esta realidad está ampliamente reconocida en muchas culturas y países. Pero no existe una definición de la resiliencia universalmente reconocida. Por otra parte, en muchos idiomas, en principio, no existe una palabra que la designe. El inglés es uno de los pocos idiomas que tienen una palabra corriente para indicar la resiliencia humana y más particularmente, la resiliencia de los niños: resilience o resiliency. Es por ello que muchos idiomas han adoptado la palabra inglesa para su propio uso. El francés tiene el verbo “résilier” cuyo único uso es “rescindir un contrato”. ¿Es que la resiliencia no consiste en rescindir un contrato con la adversidad?
¿Cómo favorecer un proceso de resiliencia en los niños?
Algunos elementos parecen contribuir en la resiliencia: sentirse fundamentalmente aceptado por otra persona sin que ello implique necesariamente una aprobación del comportamiento -este elemento es a menudo considerado como el más importante- el descubrimiento de un sentido positivo de la vida propia, tener puntos de referencia, tener el sentimiento de ejercer un cierto control sobre la vida, tener una imagen de sí mismo positiva pero sin ilusiones así como una serie de competencias sociales u otros, un sentido del humor constructivo. Esta lista no es exhaustiva.
La resiliencia no es una técnica de intervención, pero inspira otra mirada que, reconociendo los problemas, busca más allá de la pura reparación los recursos y elementos positivos, incluso modestos, que ayudarán a reconstruir la vida.
Muy a menudo, el proceso de resiliencia de un niño es apoyado por amigos, la familia. Sin embargo, en algunos casos, un acompañamiento por parte de un profesional es necesario.