“Venezuela sufre una compleja crisis humanitaria, que es anterior a la pandemia, y cuyos orígenes son políticos, económicos y sociales. Vinculado a la ruptura del Estado de Derecho“, subraya CECODAP, socio local del BICE. Esta prolongada crisis está teniendo un efecto destructivo en un amplio sector de la población, especialmente en los más vulnerables. “Según un estudio realizado por varias universidades del país, la población afectada por la pobreza extrema sí ha aumentado del 24% al 61% entre 2014 y 2017. Y la pandemia no ha hecho más que empeorar la situación, exacerbando las profundas desigualdades de la sociedad venezolana y el mal funcionamiento de los servicios públicos.
Una sociedad profundamente desigual
“A pesar de ser un país de renta media, Venezuela tiene una sociedad profundamente desigual; no solo en cuanto a ingresos o presupuesto familiar, sino también en cuanto al acceso a los servicios públicos. Las ciudades alejadas de la capital y las zonas rurales sufren la falta de servicios esenciales, como agua potable, gas, electricidad y transporte. Estas condiciones desfavorables aumentan considerablemente los riesgos de violencia y explotación, y el resurgimiento de las formas contemporáneas de esclavitud (explotación sexual, trabajo forzado, tráfico de seres humanos, etc.)“, subraya nuestro socio.
Niños y adolescentes con dolor
En este contexto, el servicio de apoyo psicológico del CECODAP se preocupa por la salud mental de los niños y adolescentes. Al final del primer trimestre de 2021, descubrió que el 49% de los niños a su cargo presentaban trastornos significativos del estado de ánimo (incluyendo más de una cuarta parte en riesgo de suicidio). Una cifra que ha aumentado un 27% respecto al primer trimestre de 2020. CECODAP también teme que muchos casos de violencia contra los niños -que se sabe que han aumentado durante el confinamiento- se oculten bajo la alfombra, debido a un sistema de protección debilitado. También denuncia el fracaso del sistema educativo por la falta de directrices oficiales. “La enseñanza a distancia no funciona. Muchos niños que no pueden conectarse quedan totalmente excluidos“, afirma.
“Me gusta mucho hablar contigo. Me gustaría que conocieras a mi padre para que le ayudes a resolver sus problemas como me ayudaste a mí…“
Un niño de 9 años, apoyado psicológicamente por CECODAP
Para hacer frente a esta dramática situación, CECODAP ha intensificado sus acciones de apoyo psicosocial durante varios meses, con el apoyo del BICE. Este apoyo se ofrece gratuitamente a niños, adolescentes y familias en situación de vulnerabilidad en toda Venezuela. Tanto en la enseñanza presencial como a distancia. “Antes de la pandemia, ya teníamos una línea de ayuda telefónica gratuita. Con el confinamiento, ha jugado un papel importante para muchas familias para las que el aislamiento, la pérdida de trabajo, la pobreza extrema y el cierre de escuelas han sido muy duros de vivir. También ha ayudado a prevenir casos de violencia“, explica nuestro socio.
Para prevenir la violencia, CECODAP también organiza campañas públicas sobre el buen trato y la formación. En un futuro próximo, 200 adultos “relevos” -educadores y profesores- recibirán formación en educación positiva y estrategias benévolas en situaciones de emergencia. También cuenta con un servicio jurídico para apoyar a los niños cuyos derechos han sido violados.
Venezolanos que huyen de su país
En Venezuela, el deterioro de los derechos humanos y la pésima situación política y socioeconómica empujan a la gente a huir. A finales de 2020, casi 4 millones de venezolanos eran refugiados o desplazados forzosos de su país, principalmente en América Latina y el Caribe. Se trata de una de las mayores situaciones de desplazamiento del mundo. “Sin documentos de identidad ni permisos de residencia, cientos de miles de venezolanos, muchas familias, se encuentran lejos de casa en situaciones de extrema vulnerabilidad, sometidos a la explotación profesional y sexual, a la violencia, a la discriminación, a la xenofobia…”, subraya CECODAP. Una situación preocupante. Cabe destacar también que Colombia, país vecino de Venezuela, fue el segundopaís del mundo que más refugiados recibió en 2020 (1,7 millones).